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viernes, 17 de enero de 2014
jueves, 16 de enero de 2014
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miércoles, 15 de enero de 2014
Skay Beilinson - Aves Migratorias (+lista de reproducción)
Hoy es el cumpleaños del mas Grande! Feliz Cumpleaños Skay Beillinson el mejor guitarrista Argento a mi forma de ver ♥.♥ un groso!
lunes, 13 de enero de 2014
miércoles, 8 de enero de 2014
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jueves, 2 de enero de 2014
jueves, 26 de diciembre de 2013
miércoles, 25 de diciembre de 2013
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sábado, 21 de diciembre de 2013
miércoles, 18 de diciembre de 2013
martes, 17 de diciembre de 2013
¿Todavía amás a esa basura? 7 pasos fundamentales para olvidar a un gran amor 12/07/2013
Roberto te dejó un buen día. Dijo que se iba a comprar cigarrillos. Nunca más volvió, claro. Y aunque te pareció raro todo porque jamás fumó, vos te quedaste en la puerta de tu casa, esperándolo. Roberto, a los pocos días, ya estaba viviendo con Liliana, tu compañera de banco de la secundaria. Esa que le presentaste en el cumple de Vicky. Vos te enteraste que se fue a vivir con ella al toque, pero, a pesar de eso, seguiste ahí, enamoradísima de él, como quien reza todas las noches para que vuelva, como quien reza para tener un milagro de Navidad.
La gente que te quiere a vos odia a Roberto con toda su alma. Lo odia mucho y te lo hace saber cada vez que vos empezás a llorar por Roberto con cara de caniche avergonzado. Pero vos no, vos todavía no llegás a odiarlo del todo. Más bien, te vendría bien odiarlo un cachito, quizás así empezarías a deshacerte de él, de la basura, con una sonrisa. Pero no. Ya pasaron cinco años desde que pasó el episodio de los cigarrillos y ahora vos te volviste adicta a la nicotina. Dos paquetes por día te fumás, animal. Estás nerviosa, estás depresiva, estás ansiosa, estás sacada…
¿Qué te pasa? No te podés olvidar del hijo de puta de Roberto.
olvidar
Para todas las que tienen un Roberto o una Liliana o como sea que se llame, aquí presento siete secretos infalibles para dejarlo ir. Para soltar al lastre… para olvidar la mochila en el bondi sin posibilidad de recuperación. Lean, practiquen o pidan a Dios que se los saque del bocho de una vez…
1. No te auto-hipnotices. Dejar de escuchar esas canciones, de pasar por esos lugares, de comer esa comida, de ver esas películas, de ponerte esa ropa , de hacer todo lo que te pueda llegar a hacer pensar en él o en ella.
2. Divertite como sea. Salí a la calle aunque no tengas ganas. Que la cama no te pueda, vestite con colores, maquillate, ponete la mejor pilcha, llamá a esos amigos que no ves hace tiempo, pero no te resignes a buscar un rincón cómodo en tu casa para volver a largarte a llorar.
3. Desengañate. Hay miles mejores allá afuera. Todos sabemos que crees que es irreemplazable, que es lo mejor que te pasó en la vida, que gracias a esa persona conociste el amor verdadero y que el amor es único, pero no. La noticia es que la vida es larga y el camino hacia el amor nunca deja de sorprendernos. Nunca.
4. Dejá la masturbación mental. La vida no es una novela. Si pensás que alguna vez él o ella te esperará en la puerta de tu casa para decirte que sos el gran amor de su vida, que fue todo una equivocación, que cinco años después no puede dejar de pensar en vos y que se dio cuenta de que te quiere al lado de su tumba, significa que miraste muchas pelis de Meg Ryan. Sólo eso.
5. No te tengas lástima o autocompasión. Afuera el egocentrismo. Esto en definitiva es seguir creyendo que a vos nada te puede pasar, que sos tan importante que posiblemente haya habido una seria confusión en el destino. Que Dios no te puede permitir eso de que te rompan el corazón y te lo dejen tirado en una zanja, arruinado y desvalido. Pero sí, el destino y Dios pueden hacer eso y muchas cosas más con vos. Para que aprendas de todas ellas, claro.
6. Pensá en vos. Amate a vos mismo. En vez de andar queriendo incondicionalmente a la basura, querete un poco más a vos, pensá que miles de veces te caíste y te volviste a levantar por cosas peores, que el verdadero amor ya está metido en tu propio corazón y que nunca jamás ningún discapacitado emocional va a poder con tu fuerza vital ni con tu alma buena.
7. Empezá de nuevo. Da vuelta la página de una buena vez. Simple. Sin rodeos. Sólo agradecele por todo, deseale lo mejor, mirá al cielo, pedí asistencia y cerrá esa puerta con llave. Antes, dejalo ir…
Roberto te dejó un buen día. Dijo que se iba a comprar cigarrillos. Nunca más volvió, claro. Y aunque te pareció raro todo porque jamás fumó, vos te quedaste en la puerta de tu casa, esperándolo. Roberto, a los pocos días, ya estaba viviendo con Liliana, tu compañera de banco de la secundaria. Esa que le presentaste en el cumple de Vicky. Vos te enteraste que se fue a vivir con ella al toque, pero, a pesar de eso, seguiste ahí, enamoradísima de él, como quien reza todas las noches para que vuelva, como quien reza para tener un milagro de Navidad.
La gente que te quiere a vos odia a Roberto con toda su alma. Lo odia mucho y te lo hace saber cada vez que vos empezás a llorar por Roberto con cara de caniche avergonzado. Pero vos no, vos todavía no llegás a odiarlo del todo. Más bien, te vendría bien odiarlo un cachito, quizás así empezarías a deshacerte de él, de la basura, con una sonrisa. Pero no. Ya pasaron cinco años desde que pasó el episodio de los cigarrillos y ahora vos te volviste adicta a la nicotina. Dos paquetes por día te fumás, animal. Estás nerviosa, estás depresiva, estás ansiosa, estás sacada…
¿Qué te pasa? No te podés olvidar del hijo de puta de Roberto.
olvidar
Para todas las que tienen un Roberto o una Liliana o como sea que se llame, aquí presento siete secretos infalibles para dejarlo ir. Para soltar al lastre… para olvidar la mochila en el bondi sin posibilidad de recuperación. Lean, practiquen o pidan a Dios que se los saque del bocho de una vez…
1. No te auto-hipnotices. Dejar de escuchar esas canciones, de pasar por esos lugares, de comer esa comida, de ver esas películas, de ponerte esa ropa , de hacer todo lo que te pueda llegar a hacer pensar en él o en ella.
2. Divertite como sea. Salí a la calle aunque no tengas ganas. Que la cama no te pueda, vestite con colores, maquillate, ponete la mejor pilcha, llamá a esos amigos que no ves hace tiempo, pero no te resignes a buscar un rincón cómodo en tu casa para volver a largarte a llorar.
3. Desengañate. Hay miles mejores allá afuera. Todos sabemos que crees que es irreemplazable, que es lo mejor que te pasó en la vida, que gracias a esa persona conociste el amor verdadero y que el amor es único, pero no. La noticia es que la vida es larga y el camino hacia el amor nunca deja de sorprendernos. Nunca.
4. Dejá la masturbación mental. La vida no es una novela. Si pensás que alguna vez él o ella te esperará en la puerta de tu casa para decirte que sos el gran amor de su vida, que fue todo una equivocación, que cinco años después no puede dejar de pensar en vos y que se dio cuenta de que te quiere al lado de su tumba, significa que miraste muchas pelis de Meg Ryan. Sólo eso.
5. No te tengas lástima o autocompasión. Afuera el egocentrismo. Esto en definitiva es seguir creyendo que a vos nada te puede pasar, que sos tan importante que posiblemente haya habido una seria confusión en el destino. Que Dios no te puede permitir eso de que te rompan el corazón y te lo dejen tirado en una zanja, arruinado y desvalido. Pero sí, el destino y Dios pueden hacer eso y muchas cosas más con vos. Para que aprendas de todas ellas, claro.
6. Pensá en vos. Amate a vos mismo. En vez de andar queriendo incondicionalmente a la basura, querete un poco más a vos, pensá que miles de veces te caíste y te volviste a levantar por cosas peores, que el verdadero amor ya está metido en tu propio corazón y que nunca jamás ningún discapacitado emocional va a poder con tu fuerza vital ni con tu alma buena.
7. Empezá de nuevo. Da vuelta la página de una buena vez. Simple. Sin rodeos. Sólo agradecele por todo, deseale lo mejor, mirá al cielo, pedí asistencia y cerrá esa puerta con llave. Antes, dejalo ir…
viernes, 13 de diciembre de 2013
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